y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar, siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda aún más. Quédate quieta, en silencio, y escucha tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve
By Susanna Tamaro
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